viernes, 31 de octubre de 2008

El cine en casa (II)

Tal y como comenté en una entrada anterior, las series de televisión han dado en los últimos años un enorme salto cualitativo, entre otras razones por el traspaso de escritores del cine a la televisión así como la búsqueda de mayor reconocimiento, control y prestigio que los guionistas suelen obtener en las teleseries.

Otro de los motivos por el que las series estadounidenses parecen haber incrementado su calidad y, sobre todo, su nivel interpretativo lo tiene el paso de muchos actores, más identificados con el cine, al ámbito televisivo.

El que un actor de televisión de el paso a la gran pantalla y obtenga éxito y prestigio no es algo demasiado frecuente. Son medios muy diferentes y muy endogámicos en los que se mira con recelo al actor televisivo como de categoría menor.
Pues no, no es el hombre sin nombre.

No es raro, sin embargo, que los actores den sus pinitos en televisión, pero normalmente es un paso más en sus carreras. Así tenemos casos como los de Clint Eastwood, Nick Nolte, Denzel Washington o Johnny Deep que, en sus comienzos, alternaron series con pequeños papeles en el cine y, si hay que recordar un par de actores cuyo triunfo televisivo les abrió con puertas de oro su paso a la gran pantalla, no podemos olvidar a Bruce Willis y George Clooney.

Sin embargo suelen ser casos aislados, un éxito televisivo no siempre implica repetir en el cine y así lo atestiguan gente como Tom Selleck, Ted Danson, David Caruso o Rob Morrow cuyo paso al séptimo arte es más bien discreto y han tenido que volver, con el rabo entre las piernas, al medio donde conocieron mejores momentos. Y eso por no hablar del elenco de Friends al completo.

Sin embargo en los últimos tiempos la tendencia parece haberse invertido. Actores de todo pelaje, desde estrellas consagradas a viejas glorias o actores de reparto habituales, se está produciendo un auténtico trasvase de figuras de la gran pantalla a la pequeña.

No es raro que actores en el ocaso de sus carreras, con la fama dándoles la espalda o intentando reverdecer una carrera moribunda se encaminen a las productoras televisivas buscando su momento. El mejor ejemplo está en George Peppard, un actor casi olvidado que consiguió el mayor éxito de su carrera y el papel por el que siempre será recordado.
Anibal desayunó con diamantes... y con Audrey.

Hoy día, muchas series de nuevo cuño recurren a actores cuya carrera está en declive para dar un toque de distinción a su programa. Así un actor ochentero cuyo mayor mérito fue protagonizar la primera adaptación de El Silencio de los Corderos se convierte en un personaje que ya es mítico, el Gil Grissom de C.S.I.


William Peterson con varios años y kilos menos.

Otro actor en horas bajas, Treat Williams, logra un importante éxito con Everwood, Gabriel Byrne ofrece su estoica personalidad en la serie de HBO En Tratamiento, Jeff Goldblum no tiene éxito con su Raines, cosa que no les ocurre a Mary-Louise Parker y Elizabeth Perkins en Weeds, Mandy Patinkin compagina sus gorgoritos con temporadas en series como Chicago Hope, Tan Muertos como Yo o Mentes criminales.


"Hola, me llamo Iñigo Montoya, tu mataste a mi padre. Preparate a morir".

Peter Coyote lo intenta con Los 4400 y The Inside. Sally Field triunfa en Cinco Hermanos. Andrew McCarthy y Patrick Dempsey nos hacen olvidar sus papeles en comedietas ochenteras en Weeds y Anatomía de Grey respectivamente. Un semidesaparecido Tom Berenger resurge en October Road, Alec Baldwin obtiene reconocimiento y premios en Rockefeller Plaza al igual que Glen Close en The Shield y Damages al igual que la Oscarizada Holly Hunter con su Salvando a Grace.

Cuando soy buena soy muy buena, pero cuando soy mala, soy mejor.


Geena Davis, Martin Sheen y Mary McDonnell ejercen como presidentes en la pequeña pantalla mientras que Charlie Sheen, Kiefer Sutherland, James Spader triunfan en diferentes registros y James Woods y Denis Leary consiguen series hechas a su medida.

Luego estarían esos actores que compaginan el cine con apariciones estelares en diversas series como Forrest Withacker en The Shield, Rebeca de Mornay en Urgencias, El Abogado y John Form Cincinnati o Donald Sutherland en Dirty Sex Money. Pequeños parentesis que no presagian un cambio definitivo en sus carreras.


¿Televisión? Venga hombre, que acabo de ganar un Oscar.

Aún dejándome más de uno olvidado lo que está claro es que en estos momentos la televisión vive días de gloria en los que buenas historias con mejores actores que aportan caras reconocibles y carreras prestigiosas, engrandecen las series que llegan a nuestros televisores.
Si esto no es cine en casa...

2 comentarios:

  1. ¿Una frase atribuida a Mae West como pie de una foto de Glen Close?
    ¡Eso sí que es un viaje espacio-temporal!

    ResponderEliminar
  2. Tras ver a su personaje en Damages le venía como anillo al dedo.

    ResponderEliminar