martes, 31 de marzo de 2009

Píldoras cinéfilas

Lo admito, soy más bien un tipo hogareño. Dadme un sillón, algo para leer o una película que ver y soy feliz.
Aprovechando este fin de semana de repunte invernal he tenido la ocasión de ver varias películas, algunas recientes, otras no tanto, que paso a comentar.

En primer lugar la película de animación de Wonder Woman.
Resulta muy curioso que ahora que las películas con imagen real, basadas en cómics de superheroes tanto de Marvel como de DC, se hayan sacado varios films de animación clásica con personajes de sus respectivos universos. Mientras que las de Marvel, dos películas de Vengadores versión Ultimate, una de Doctor Extraño y una de Iron Man, son todas ellas de una calidad más bien escasa en cuanto a animación y algo más soportables en sus guiones por contra las películas de DC son bastante más destacables, desde el Batman anime a la deliciosa La Última Frontera y, en el caso que me ocupa, la película de Wonder Woman.



Peliculón animado

Mientras esperamos la llegada a la pantalla grande de una versión con actores del cómic de la Mujer Maravilla podemos deleitarnos con la que es, en mi opinión, una de las mejores adaptaciones de un cómic a la (pequeña) pantalla. Una película épica que auna lo mejor de la mitología del personaje y sabe emplearlo como imagen icónica despojándolo de un bagaje de décadas para centrarse en la esencia y las historias que, tras muchas reescrituras, queda como la mejor y más coherente. Con un dibujo de la escuela de Paul Dini que recuerda la inolvidable serie del hombre murciélago presenta algunos momentos gloriosos como el desembarco de las amazonas y la posterior lucha con el villano de turno. Tras ver esta película sólo podemos soñar con que sirva de ejemplo para la futurible versión en carne y hueso de Wonder Woman.

Despues pude ver La Ola, una película alemana de reciente factura. En los últimos años hemos podido ver varias películas de esta nacionalidad de lo más estimulante. De la frenética Corre Lola, Corre a la perturbadora El Experimento, pasando por las emotivas La vida de los otros o Los Falsificadores.
La Ola recuerda bastante a El Experimento y en ella podemos ver cómo el ser humano sigue estando al borde del abismo sujeto a sus más bajos instintos, basta un pequeño empujón para sacar lo peor del ser humano y convertirnos en fascistas sin miramientos por todo el que sea diferente o nos parezca inferior. Resulta curioso que ambas películas estén basadas en hechos reales lo que las hace aun más incómodas.

Todo esto ha pasado y ¿volverá a ocurrir?

Tras una película tan dura me hacía falta algo más ligero y superficial y le tocó a Saw V.
La saga de Puzle sigue enredándose y tras una cuarta entrega en la que la madeja parecía enredarse sin ir a ninguna parte aquí parece desenredarse lo suficiente como para parecer que los guionistas han encontrado una manera de continuar la serie al tiempo que se bucea en el pasado de Puzle y sus sucesores. Recordando cada vez más a la serie Cube volvemos a tener a un grupo de personas víctimas del villano redentor (como en la segunda entrega) al tiempo que se nos narran hechos pasados y se nos deja con un final totálmente abierto que deja abierta la puerta a una sexta entrega... y las que hagan falta. Puzle ha llegado como villano del siglo XXI a la sombra de los Jason, Michael Myers o Freddy y parece dispuesto a quedarse. Sólo para los que soportaron las cuatro anteriores.

Después de este mal rato llega el turno de otra gran película, The Visitor. Si ya en Vías Cruzadas pudimos apreciar el talento de Thomas McCarthy para crear personajes inolvidables y plenos de humanidad en The Visitor volvemos a encontrarnos con una historia de personas que se encuentran a sí mismas gracias a la influencia de otros con los que, en otras circunstancias, no tendría nada en común. Una película divertida a ratos pero trágica en su fondo que nos presenta la cruda realidad de los inmigrantes en el país de la libertad... ejem y que nos hace ver que el inmigrante es también un ser humano con sus sentimientos y penas. Especialmente destacable el papel de Richard Jenkins, eterno secundario en decenas de películas y series de televisión que encuentra aquí el personaje de su vida, nominación al Oscar incluida. Un director-guionista al que no hay que perder el rastro y un actor del que seguir disfrutando aunque sea como secundario de lujo.


Richard Jenkins aprenderá a tocar el djembé... y mucho más.

Ahora es el turno de El Curioso Caso de Benjamin Button. Lanzada como aparente triunfadora en la carrera de los Oscar sucumbió ante la maravillosa Slumdog Millonaire y, tras verla, es perfectamente comprensible. Donde Slumdog era alegría y esperanza Benjamin Button es tristeza y melancolía. Una película que con un hilo conductor puramente fantástico no deja de ser una visión romántica y trágica del amor y la muerte. Un relato lleno de magia que no da respiro al espectador con una continua sucesión de momentos dramáticos con la muerte siempre alrededor del curioso Benjamin Button. Una película que quizá no deje satisfecho pero que al menos nos hará reflexionar sobre lo breve de la vida y cómo hay que saber vivir cada etapa de ella en su momento correcto.

Tocaba ahora recordar una película de hace unos años que en su día me gustó mucho y de la que esperaba mantuviera todo su encanto y no me sentí decepcionado. Fresa y Chocolate sigue siendo una película fresca, valiente y emotiva. Jorge Perugorría borda su personaje de gay dotándole de una fuerza y delicadeza llena de contrastes.
En realidad quise volver a ver esta película como prólogo a El Cuerno de la Abundancia dirigida por Juan Carlos Tabío que co-dirigió Fresa y Chocolate junto al llorado Tomás Gutierrez Alea. Si bien ambas películas son radicalmente distintas, en El Cuerno de la Abundancia encontramos diversos guiños y referencias a Fresa y Chocolate que la hacen aun más curiosa.

Hay un momento en el que se encuentran Bernardito (Perugorría) y Jacinto (Vladimir Cruz) en una escena que separa ambas películas catorce años. Vladimir le regala a Jorge una botella de Whiskey de la misma marca que el personaje de Perugorría ofrecía a Cruz en Fresa y Chocolate. También es muy destacable la escena en la que Bernardito recrimina a su padre haber echado a su hijo Diego de casa por gay y que tuvo que salir del país por ello, en clara referencia al personaje de Diego que encarna Perugorría en Fresa y Chocolate. Sabemos así que Diego y Bernardito son hermanos (¿gemelos?) y el destino final del primero.
Por otra parte la película siendo bastante divertida está lejos de la perfección y su similitud con Bienvenido Mr. Marshall no es casual (homenaje incluido en forma de cartel de cine), especialmente hilarante los momentos de coitus interruptus de Bernardito que nunca puede consumar el acto sexual ni con su esposa ni con su acosadora prima.

Catorce años después Vladimir devolverá la botella a Perugorría

Un fin de semana especialmente productivo.

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