viernes, 9 de enero de 2009

En busca del espacio perdido

Si hay un momento realmente duro en la vida del coleccionista de cómics es la llegada del fatídico día en que el espacio que dedicamos a guardar nuestras numerosas series resulta insuficiente.

CONTEPAPEL

¡VADE RETRO!


Un buen coleccionista de cómics es aquel que comienza una serie y no la abandona hasta que esta llega a su fin. Si hablamos de cómics de superheroes esto suele ser problemático ya que con series indefinidas con más de 45 años de publicación esto no ocurre nunca. Lo habitual, si no dominamos la lengua de Shakespeare, es comprar las ediciones de nuestro país. Si la serie ya lleva tiempo en el mercado y por alguna razón hemos decidido empezar a comprarla esto provocará la compra compulsiva de todos los ejemplares anteriores hasta llegar al preciado número 1. Si la iniciamos al empezar la publicación no la dejaremos nunca.
Hay raros casos de personas que dejan de comprar una serie porque ya no les gusta o por atravesar una etapa mediocre, ¡error! eso significará un hueco en nuestros estantes y en la vida de esos personajes en caso de retomarla posteriormente.


Como en el mundo editorial de los superheroes estos suelen compartir universo y, además, el baile de guionistas y dibujantes entre series es constante, esto provoca que poco a poco empecemos a aumentar el número de series que compramos. Se empieza con Spiderman pero pronto vemos que este es miembro de Los Nuevos Vengadores así que hacemos también esa serie y dado que también hay unos Poderosos Vengadores no puede faltar en nuestra lista y, claro, si en estas series están Iron Man y Capitán América pues también hay que tenerlas, luego llega La Patrulla X que no puede comprarse si no se hace también con Lobezno y X-Men. Tampoco puede faltar X-Factor con Peter David al guión y, claro, X-Force que allí está Lobezno también. Y ya puestos hay que añadir las series Ultimate con sus Spiderman, X-Men y Ultimates. La "primera familia" nunca debe faltar, son los cimientos de Marvel, así que tocan Los 4 Fantásticos y su versión Ultimate para no dejarles cojos. Brubaker lo está haciendo francamente bien en Capitán America así que habrá que seguir su Daredevil. Tampoco hay que olvidarse de las series editadas en tomo, Hulka merece la pena y el Punisher de Garth Ennis también (ya puestos habrá que ponerse con Punisher War Journal), La Iniciativa tampoco es manca y Los Exiliados es muy entretenida y ofrece una gran perspectiva del universo Marvel.


Y no nos olvidemos de DC y su vasto abanico de personajes y series, Batman y Superman por supuesto, y Flash. Y los pilares de DC que son JSA y Justice League. Green Lanter y Green Arrow también, y Nuevos Titanes y Outsiders y...


Y luego hay que recuperar épocas pasadas: Bibliotecas Marvel y DC, tochos de Universo DC.


Y Manga, claro. Empezando por Dragon Ball y todo Rumiko Takahashi. Gantz es cañera y algo de samurais tampoco viene mal, Vagabound y La Espada del Inmortal para empezar y siguiendo con Kenshin y Lobo Solitario y Cachorro. Las historias intimistas de Taniguchi. Y las geniales Monster y 20th Century Boys. Recuperamos Bateadores e Hiroshima y el divertido City Hunter y Ah! Mi Diosa. De Tezuka hay que  conseguir todo lo que se pueda. Algo de Clamp…

Dejar de lado el cómic europeo o los clásicos de las tiras de prensa sería sacrilegio así que tocan Principe Valiente, Popeye, Flash Gordon, The Spirit, Pitufos, Tintin, Mortadelos, todo Gosciny, Spirou o cosas más modernas como La Mazmorra, Zits o Liberty Meadows.


Y así mes tras mes  y año tras año. ¿Resultado? Estanterías en casa, en el trastero, en casa de los padres, en la casa del pueblo... Pero todo tiene un límite y ni pasando de la colocación vertical a la horizontal hasta llegar al techo del estante pueden entrar más de 25 años de cómics.

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Una pequeña muestra de cómo queda uno de los estantes (tres niveles de profundidad) tras la última criba. Sí, este es el “después”


Uno ya empezó, tímidamente, a deshacerse de aquellas series que fueron compradas en su día pero que, vistas en perspectiva, no tienen unos niveles de calidad mínimamente exigibles (Liefel e Image principalmente) pero finalmente llega el momento de un vaciado profundo de los estantes y bolsas y bolsas de colecciones, principalmente mangas, irán al contenedor de reciclado de papel. R.I.P.


Y lo peor es que el espacio recuperado ya se ha llenado de nuevo y cada vez es más difícil seleccionar qué se salva de la quema.

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