lunes, 3 de noviembre de 2008

Tamaño natural

Lars, un joven muy especial

El fin de semana, si no salgo por ahí, suelo dedicarlo a ver películas. Intento ser ecléctico y ver un poco de todo, sin demasiados prejuicios pero intentando que no tenga que pasar a modo mononeuronal.

Intento ver alguna película palomitera tras una buena comida, si la película lo merece suele ser el mejor acompañamiento a una buena siesta.

No le hago ascos al cine español pero intento escoger las películas españolas informándome bien antes para saber a qué me enfrento. Son ya muchas las decepciones pero también hay sorpresas agradables muy de cuando en cuando.

Y luego siempre cae alguna película "de buenas críticas". Algo de calidad, un buen drama o alguna películilla independiente.

Si el año pasado una de mis favoritas fue Pequeña Miss Sunshine este año, sin duda, mi pequeño tesoro ha sido Lars y una chica de verdad.

Una de esas pequeñas joyas que se ven con una sonrisa perpetua (aunque se congele en más de un momento) y que, cuando termina, me hace sentir que han sido algunos de los mejores minutos que he invertido delante de una pantalla. Una película que seguro ha pasado inadvertida por nuestras salas a pesar de haber estado nominada a varios Oscar (su guión lo merecía) y tener varios premios.
Lars y una chica de verdad es una historia sobre la imposibilidad de relacionarse y expresar nuestros sentimientos, sobre la búsqueda del amor y cómo las personas pueden afectar a las que les rodean haciéndoles mejores seres humanos.

Lars y una chica de verdad cuenta la historia de un joven cuya madre murió al nacer y de cuyo padre nunca recibió afecto, para colmo su hermano mayor escapó del hogar familiar en cuanto pudo y ahora vuelve casado y esperando un hijo.

Nuestro protagonista tiene una imposibilidad incluso física de expresar y recibir afecto, el mismo contacto humano le causa dolor y apenas se relaciona con su entorno. A pesar de ello es muy querido por su comunidad que le ve como un joven dulce y educado.

Todo cambia cuando hace acto de presencia Bianca, una joven de imposible biografía que ha conocido por internet y que además necesita silla de ruedas.
La familia conoce a Bianca... y alucinan.

Cuando su hermano y cuñada conocen a Bianca no pueden creer lo que ven, Lars ha sublimado todas sus imposibilidades en una persona que ni tan siquiera es real. Diagnosticado como un episodio delirante su doctora aconsejará que se le siga la corriente al tiempo que le trata.

Así todo el pueblo participará de la farsa y poco a poco Bianca ejercerá su magia haciendo que familia, amigos y conocidos lo den todo por Lars provocando en este un sorprendente cambio que le acercará a la compañera de trabajo por la que siempre ha sentido algo.

Rozando el absurdo y evitando, con nota, caer en el ridículo o la cursilería, la película plantea, en tono de comedia, grandes temas sobre cómo somos y cómo el dolor puede crear barreras que sólo el afecto puede derribar.

Lars y una chica de verdad es de esas películas que, cada vez en menos ocasiones, nos reconcilian con el cine que se hace hoy en día y nos demuestran que sólo hacen falta buenas historias contadas con sentimiento.

4 comentarios:

  1. Buena peli, la vimos en casa y nos gustó mucho.
    Sensible/no cursi.
    Saludos Ronin, buen blog.

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  2. Uno ya está curtido en muchas películas pero he de admitir que la escena de Lars llorando de felicidad o cuando baila con Bianca humedecieron mis ojos.

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  3. Andá, pues no me suena de nada... si es la mitad buena que Pequeña Miss Sunshine valdrá la pena.
    Gracias Ronin

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