jueves, 16 de diciembre de 2010

A eso digo: ¡NO! (XII): Horror navideño

No tengo nada en contra de la Navidad, no soy de esos que van por ahí diciendo cuánto la odian pero tampoco de los que en estas fechas se infunden de un impostado espíritu navideño. Me gustan las cenas típicas con toda la familia, hartarme de comer y dar y recibir algún regalito. Pero sí hay algo que odio profundamente: los villancicos.

Por alguna extraña razón los villancicos patrios parecen haberse quedado anclados en la posguerra (probablemente antes) y año tras año debemos sufrir incesantemente las mismas canciones, que si los peces en el río, que si el rompopopom, que si campana sobre campana, letras infantilodes, surrealistas, con toques castizos y calés y melodias que no desentonarían en el repertorio de Impero Argentina, caspa y más caspa supongo que para asemejarse a la esquiva nieve.

¿Por qué este estancamiento? ¿Es que nunca se va a, no digo innovar, pero al menos evolucionar un poco?

En esto sí que envidio a los Estadounidenses, temas folk, pop, country, rock; intérpretes como Sinatra, Elvis e incluso divas pop como Cher dan sus propias versiones de temas míticos o crean nuevas canciones que se suman a una larga lista de canciones navideñas que no parecen tener fin. Aquí nos damos un canto en los dientes si Raphael hace su Tamborilero sobrio o Rosana nos martiriza con una canción navideña.

¿Ejemplos? Primero el que quizá sea el mejor villancico jamás realizado para aquellos que sí odian la Navidad, ojito a la letra:



O el mítico Christmas (Baby Please Come Home) de Darlene Love en su reinterpretación más disco-pop por toda una diva en esto acompañada por la actriz-presentadora Rosie O'Donnell:

Y, por supuesto, no podemos olvidar este temazo que más de cincuenta años después sigue sonando actual:

3 comentarios:

  1. Pues espera a tener crios, entonces no te salvará de los villancicos ni el Ragnarok.

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  2. Sí, el otro día hablaban unos compañeros de los Cantajuegos y yo ni sabía quienes eran.

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  3. ¡¡Qué razón tienes¡¡ Y menos mal que con los nuevos "vecindarios ostra", aquellos en los cuales apenas conoces a tus vecinos de cruzarte un "buenos días" en la escalera, se ha perdido la costumbre de mandar a los niños a martirizarte a villancicos para pedir el aguinaldo.
    En cuanto a los cantajuegos soy feliz de haberme librado de ellos, hasta la fecha, gracias a un DVD antiquisimo que no reproduce grabaciones pirata divX, mp3 o lo que sea.

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