viernes, 13 de noviembre de 2009

Top 10 de películas raras

Entiendo por películas raras aquellas en las que:

-No hay manera de entender de qué trata la historia.
-Se emplea recursos narrativos, estilísticos y/o temporales de difícil seguimiento para el espectador que dificultan o imposibilitan la comprensión de la historia.
-El argumento es demasiado complejo, enrevesado o contiene conceptos científicos, filosóficos o abstractos que se escapan al espectador poco experimentado.
-Sólo el director sabe lo que se oculta tras la película.
-El director y/o guionista abusan de las drogas.


De todas las películas que he visto yo seleccionaría las siguientes como las más extrañas o incomprensibles:

Inland Empire de David Lynch.
Vaya por delante que Lynch es uno de mis directores favoritos. Su nombre es sinónimo de rareza y excluyendo dos o tres películas de su filmografía (Una Historia Verdadera, El Hombre Elefante y, si me apuras, Dune) el total de sus films sólo pueden catalogarse como películas raras. Unas más accesibles, como Terciopelo Azul o Corazón Salvaje y otras bastante menos, como Cabeza Borradora, Carretera Perdida, Mulhollan Drive o el largometraje de Twin Peaks. Pero con Inland Empire la cosa se sale de toda escala. El propio Lynch ha contado, aparentemente en broma, que ni él mismo sabía lo que rodaba y que se limitaba a grabar imágenes según aparecían en su cabeza. La empanada mental toma tres horas de desaforado metraje en el que historias dentro de historias, personajes desquiciados y enfermedades de la mente (y el espíritu) zarandean al espectador dejándole extenuado y dudando de todo lo que ha visto (y de porqué lo ha visto).



Yo me tragué enterita Inland Empire y sobreviví

Donnie Darko de Richard Kelly.
Para empezar con esta película hay que entender que estamos ante un film de ciencia-ficción aunque pueda no parecerlo. Para comprender lo que sucede hay que estar al corriente de conceptos como Universo Tangencial y Universo Primario, Artefactos, Agujeros de Gusano, Paradojas Temporales y demás parafernalia científico-filosófica. Todo ello para narrar una historia de tierras paralelas y colapsos universales en las que nuestro heroe, Donnie Darko (atención a la aliteración de nombre y apellido típica de los superheroes), ha de sacrificar su vida para salvar el mundo. Extraña pero absorbente con momentos terroríficos (las apariciones de el conejo monstruoso) es una de mis películas favoritas en las que cada nuevo visionado aporta nuevas piezas a un puzzle en el que el director aparentemente ha escondido varias piezas.

La Ciudad de los Niños Perdidos de Jeunet y Caro.
La imaginación al poder en esta imprescindible cinta en la que a modo de cuento infantil se nos narra una fantástica historia sobre la inocencia infantil y los sueños. Plagada de ideas y conceptos repletos de sentido de la maravilla y con una narrativa frenética llena de extraños encuadres y primerísimos planos resulta francamente estimulante.



Brazil de Terry Gilliam.
El ex-Monty Python nos ofrece esta película de culto en la que presenta una distopía burocrática de la que nuestro protagonista, un impresionante Jonathan Pryce desea escapar, aunque sea sólo en sueños o, finalmente, en su propia locura. Atrapado en una trama kafkiana por la simple intromisión de una mosca verá su vida irremisiblemente arrastrada al desastre al intentar rebelarse de la monstruosa maquinaria burocrática y paranoica que dirige el mundo. Un montaje de vértigo y la imaginería típica del director dan redondez a esta extraña película.

Pi de Darren Aronofsky.
Una nueva incursión en la ciencia-ficción con conceptos filosóficos y morales como la representación numérica del nombre de Dios. Un personaje obsesionado por encontrar un sentido matemático a la vida y el universo que busca, curiosamente dado lo materialista que resulta, una fórmula matemática que prediga los movimientos de la bolsa se verá inmerso en una extraña conspiración cuando un grupo de místicos judíos le explique las resonancias matemáticas de la cábala. Rodada con cuatro duros en un opresivo blanco y negro y con un montaje de planos cortos que le dan un ritmo sincopado extremo y tan desquiciado como la psique de nuestro protagonista.

Primer de Shane Carruth.
Una de esas películas de las que tras el primer visionado nos queda la sensación de que alguien nos ha tomado el pelo pero que a medida que intentamos analizar lo visto nos damos cuenta de la complejidad que entraña. Si Pi se rodó con cuatro duros ésta lo hizo con tres y comparte con la película de Aronofsky varios puntos, aquí los protagonistas, unos geeks de la ciencia, descubren un singular método de viajar en el tiempo y poder enriquecerse invirtiendo en bolsa, cuando descubren que pueden cambiar aquello que no les gusta de su pasado la cosa se desmadra bastante. Resulta divertido escuchar los absurdos diálogos para besugos y pseudo-científicos de estos sujetos llenos de palabros sin pies ni cabeza y el curioso método para viajar en el tiempo que utilizan, básicamente encerrarse en un trastero respirando de una bombona de oxígeno. Originalísima propuesta que requiere de varios visionados para su perfecta comprensión (o no).

El almuerzo desnudo de David Cronenberg .
Otro director como Lynch cuya filmografía está llena de películas extrañas y retorcidas. Videodrome, Crash, Inseparable, Spider o Existenz son buena muestra de que lo suyo no son los films de corte clásico pero con esta adaptación del universo de Burroughs, típica película psicotrópica a la que sólo se puede acceder desde la simbología y las obsesiones del escritor y la peculiar visión del director.



"Creo que esta va a ser la última copa que me tomo hoy"

Cómo ser John Malkovich de Spike Jonze.
Con un guión del genial Charlie Kauffman del que han surgido no pocas películas extrañas y maravillosas como Adaptation, Human Nature o Olvídate de mi es una película en la que los elementos surreales y fantásticos se dan la mano para adentrarnos en un mundo en el que las ideas más absurdas se nos antojan plausibles. Divertida, irreal, romántica y terrorífica a partes iguales.

Corre Lola, Corre de Tom Twicker.
Su prólogo nos explica claramente lo que vamos a ver, una sucesión de momentos en los que las decisiones o hechos fortuitos pueden cambiar el destino. Al ritmo frenético con el que corre la protagonista asistimos una y otra vez a una carrera desenfrenada en la que pequeñas decisiones como saltar o sortear un obstáculo pueden decidir la vida y la muerte de los personajes. No es una película especialmente inaccesible pero sí que presenta una idea que sin ser especialmente novedosa (ahí está Atrapado en el Tiempo por ejemplo) sí que lo hace con una presentación y estructura original.

10ª Punch-Drunk Love (Embriagado de amor) de Paul Thomas Anderson.
Estamos ante otro director más que interesante poseedor de un universo propio lleno de personajes desquiciados y desequilibrados, a menudo obsesionados, ya sea por el dinero, el poder, el sexo o, como en este caso, por un ideal romántico de lo más retorcido. Siendo en apariencia una sencilla ¿comedia? romántica es en la rareza de los propios personajes, su comportamiento extremo, a veces violento, a veces patético, donde reside lo extraño de este curioso film. Con momentos ridículos, situaciones absurdas y diálogos sin sentido la película hace que sintamos simpatía por su trastornado protagonista y su particular historia de amor.

Hay, por supuesto, muchas más que podrían estar en este personal ranking: El ansia, Cronos, varios films de Greenaway, las películas japonesas de Tetsuo, Anticristo de Lars Von Trier, Irreversible... pero me quedo con las expuestas. La mayoría me han gustado, otras no pero todas son interesantes y proponen una visión diferente al cine que estamos más acostumbrados.